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Con tacones y en Corvette, esta urbanizadora transforma a Miami de arriba abajo

Source: El Nuevo Herald

Lissette Calderón está viviendo en el Miami que soñó hace 20 años cuando comenzó su carrera de urbanizadora. Hay pocas cosas que le den más placer que llegar a la avenida 17 del noroeste y ver a las personas paseando los perros, empujando un coche de bebé o compartiendo en el mostrador de Papo Llega y Pon, que se precia de hacer el mejor pan con lechón de Miami, con hot sauce y  cebollitas.

“Me encanta ver tanto a las personas que trabajan conmigo en la construcción como a los banqueros comiendo allí”, dice la urbanizadora, que antes de apostar por Allapattah, que considera es “el último vecindario auténtico de Miami”, se convirtió en “La Reina del Río”.

Calderón, que hasta la fecha ha construido 1,200 apartamentos con su compañía Neology Life Development Group, construyó su primer edificio a los 28 años. NeoLoft lo situó al borde del Río Miami, porque, como le decían su instinto y su experiencia, la mayoría de las ciudades del mundo transcurren alrededor de un río, Londres al borde del Támesis, París del Sena y Nueva York del Hudson

Pero entonces el río Miami estaba olvidado. Eso que hoy parece tan elemental, esos edificios alrededor del río, cerca del parque The Underline, de Brickell, de la Calle Ocho, del Parque Martí y de otros parques históricos como el Sewell –que lleva el nombre de uno de los alcaldes más destacados de Miami– un día muchos pensaron que era una locura urbanizar la zona.

“Este es el Miami que soñé hace 20 años. Cuando empecé me decían que estaba loca, que cómo iba a hacer un edificio sin paredes, un loft”, recuerda Calderón, que entonces decidió incluir entre las instalaciones de NeoLoft un parque para perros. Antes de ser madre de tres niñas y vivir en Cocoplum, Calderón tenía un perro de 165 libras –“mi bebé, del que no hubiera podido separarme”– por eso decidió hacer el parque para perros en su primer edificio.

Una de las características de los edificios que construye es que son para alquiler y se mantienen en precios asequibles para los estándares de la renta en Miami –los apartamentos de un cuarto se alquilan alrededor de los $1,900, los de dos cuartos, por $2,300 y los de tres habitaciones por $3,000. Al mismo tiempo cuentan con esos detalles de lujo que tienen edificios de precios más caros: piscina, cabañas, clubhouse, mesas de billar, espacios para picnic, para hacer barbecue y para tomar clases de spinning.

“Me interesa mucho que las personas tengan ese sentido de comunidad”, dice Calderón, que también hace hincapié en que los edificios cuenten con murales de arte en el exterior para que todo el que pase por allí pueda admirarlos.

CALDERÓN IMAGINA UN NUEVO ALLAPATTAH

Calderón considera que Allapattah le abrió las puertas una vez que ella decidió poner en práctica su plan de “reimaginar” el vecindario y emprender tres proyectos. “No veo las cosas como son hoy sino como van a ser en el futuro”, precisa. “Estamos construyendo donde había warehouses, parking lots, no tumbamos ninguna vivienda. No hemos sacado a ninguna persona”, dice la urbanizadora.

Aunque al principio le costaba trabajo explicarle a los banqueros qué era Allapattah, para obtener el dinero necesario para construir, hoy está satisfecha de la manera que la ha aceptado el vecindario, que es sede del hospital Jackson y otros centros médicos, y por lo tanto uno de los distritos de salud más importante de Estados Unidos, donde trabajan 47,000 personas.

Calderón quería construir precisamente para esos y otros trabajadores del centro de la ciudad, para que puedan ir caminando hasta su empleo a la vez que disfrutan de estar cerca de museos como el Rubell y Superblue Miami, y de restaurantes como Leku, especializado en comida vasca y uno de los más exquisitos de la ciudad.

En abril del 2021 Calderón inauguró su primer proyecto, No. 17 Residences, un edificio de 192 studios y apartamentos, en el 1569 de la avenida 17 y para entonces ya estaba casi todo rentado.

A medida que los proyectos de Calderón y de otros urbanizadores como Jorge Pérez y Robert Wennett avanzan por Allapattah, también se abren más restaurantes, bancos, y la calle 36 del noroeste –que una vez fue main street, recuerda Calderón– va tomando preeminencia.

Ahora Midtown y el Design District, ya conectados con Wynwood, se van uniendo a Allapattah, que se beneficia de la cercanía con esos vecindarios que habían adquirido preeminencia en décadas pasadas.

En una esquina puedes pararte en un bakery a comprar pastelitos, en la noche puedes ir a fiestar al Club Típico Dominicano y durante el día comprar un auto en algunos de los concesionarios que bordean la calle 36, que va uniendo la zona detrás del aeropuerto y cercana al Doral con Biscayne Boulevard.

Es lo que Calderón llama crear un “estilo de vida”, que las personas estén cerca de los centros de artes, de la arena FTX, al mismo tiempo que se revitaliza una comunidad. “No vendo mis edificios, me quedo con ellos. Eso es un símbolo del compromiso que tengo con el barrio”, dice Calderón.

La urbanizadora está financiando la revista AllaWay, que cuenta la historia del vecindario, desde el origen de su nombre, hasta los nuevos restaurantes, centros culturales y nocturnos que están surgiendo.

AllaWay, bajo la dirección de Jenny Starr Pérez, lanzó su primer número en abril, y el segundo llega para ArtBasel, adelanta la urbanizadora, que espera publicar dos al año.

HIJA DE INMIGRANTES CUBANOS LOGRA SUEÑO AMERICANO

Calderón confiesa que desde su oficina en uno de los edificios al borde del río todavía observa con fascinación cada vez que pasa un remolcador arrastrando un barco de carga. Ella lo ve como una metáfora de la vida.

“No tienes que ser grande, solo tienes que querer mucho algo para conseguirlo”, apunta Calderón que comenzó su carrera en la industria de la construcción en Related Group, donde Jorge Pérez fue su mentor.

Calderón se siente parte del más puro sueño americano. Su abuela, una inmigrante cubana que solo había estudiado hasta el cuarto grado, era camarera del Four Ambassadors; su mamá, cajera en Publix, y su papá limpiaba pisos en el supermercado, hasta que más tarde entró en el negocio de la construcción a pequeña escala sin poder desarrollar su potencial porque falleció muy pronto, cuando Calderón estaba en la secundaria.

“Mi abuela siempre me decía que no le tuviera miedo a nada, que de los cobardes no se ha escrito nada”, recuerda Calderón que considera que su abuela, que solía llevarla y traerla en autobús a la biblioteca, es una de las personas más influyentes en su vida.

Lissette Calderón, junto a su Corvette Stingray del 1964, se ha convertido en una de las mujeres urbanizadoras más descatadas de Miami, con un foco especial en la zona del río y Allapattah.

Calderón recuerda las noches que pasó en high school estudiando hasta las cuatro y 5 de la mañana. Su esfuerzo dio resultado porque logró estudiar en Wharton School, la escuela de negocios de la Universidad de Pensilvania, en el grupo de las Ivy League.

Calderón quiere inspirar confianza en otras mujeres, especialmente a niñas criadas en Allapattah, y que vean en su ejemplo que todo es posible. Por eso está tan orgullosa de otros de sus proyectos, The Julia, una torre residencial de 14 pisos de $100 millones, que lleva el nombre de Julia Tuttle, la fundadora de Miami, y que entregará mas de 300 apartamentos de lujo.

“Cuando hicimos la inauguración del proyecto de construcción de The Julia fue un gran honor, porque estaba presente Daniella Levine Cava, la primera mujer alcalde de Miami-Dade, en un edificio dedicado a una mujer fundadora de una gran ciudad y construido por una mujer latina, que quiere inspirar a otras mujeres a soñar en grande”, concluyó Calderón.

Su próximo proyecto en Allapattah es Fourteen Allapattah Residences, un edificio de 14 pisos con 180 apartamentos, ubicado en una Zona de Oportunidad Calificada, en la calle 36 y la avenida 14, que debe inaugurarse en el 2024.

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